miércoles, 10 de agosto de 2011

De Iquique a Arica

Después de hablar un rato con los respectivos (con todo el cariño) utilizando Skype, desayunamos en el hotel y vamos a la cercana estación de Turbus para comprar los billetes a Arica para al mediodía (13:15, 6.400 CLP, se puede pagar con tarjeta).

Tenemos toda la mañana para seguir disfrutando de esta agradable localidad. Primero vamos hacia el puerto, vemos una réplica del buque Esmeralda y un mercado de pescadores. Aprendemos un poco de los peces de la zona, creo que no recuerdo casi ningún nombre, y buscamos más lobos marinos. Ya sabemos que están cerca de los pelícanos así que es más fácil localizar a uno nadando.

Creo que son locos
En el muelle que hay al lado, ofrecen un tour de 1 hora por 3.000 CLP para ver una isla de lobos marinos y lugares emblemáticos de la Guerra del Pacífico. Serán necesarias 10 personas para que salga. ¿Tendremos suerte esta vez?

Damos otra vuelta por la Plaza Prat y visitamos el Teatro Municipal (800 CLP) por dentro viendo cómo ensayan diferentes estudiantes de música y descubriendo la maquinaria original debajo del escenario.


Regresamos al muelle a ver si hay suerte y sí, la hay, aunque de una forma inesperada. El barco sigue sin salir, pero en las escaleras, al sol, hay un gran lobo marino descansando, al que no hay que acercarse demasiado para que no se moleste.


Caminamos esta vez hacia el Mercado Centenario donde compramos algo de fruta para el viaje como complemento a las ya habituales empanadas. Al igual que en todos los mercados chilenos, hay una zona de restaurantes con buenos precios. Lástima que no tengamos tiempo para probar sus menús.



Aún tenemos tiempo de volver a pasear tranquilamente por la calle Baquedano y echar una última ojeada al muelle donde el lobo marino está ahora con una amiga más pequeña.



Vamos a buscar las mochilas que amablemente nos habían guardado en el hotel y salimos puntualmente hacia Arica. Pensábamos que el recorrido sería llano, ya que ambas localidades se encuentran en la costa de Chile, pero la carretera asciende vertiginosamente y el paisaje nos sorprende con la cordillera andina nevada, altísimas dunas y grandes precipicios.


Sobre las cinco de la tarde llegamos a la estación de autobuses de la ciudad, que está a las afueras. Pasamos a la contigua Estación Internacional y finalmente compramos el billete para La Paz, con la compañia Calí (7.000 CLP) para pasado mañana, dándole una oportunidad a Arica.

Cogemos un bus público al centro (450 CLP) y buscamos alojamiento. Nos cuesta un poco. Nos quedamos en la calle Maipu, en el Hostal Blanquita (6.000 CLP por persona, en hab. doble). La mujer que nos atiende es bastante peculiar, un poco pesimista y con muchas ganas de hablar. Coge un buen capazo con Alicia, tendré que tener cuidado para que no la vuelva a liar.


Casi de noche salimos a dar nuestro primer paseo por el centro: la calle peatonal 21 de Mayo, la plaza de la catedral, el edificio de las aduanas, un vagón antiguo del tren de Arica a La Paz... La catedral es muy original. Construida por Eiffel, es toda de hierro excepto la puerta que es de madera. La toco varias veces para comprobarlo, porque parece que sea toda de madera.


Cenamos en un sitio de comida rápida y a dormir, que ha sido un día intenso.



2 comentarios:

Silvia dijo...

Ya tengo ganas de que vuelvas para que sigas contando etapas del viaje...

Un besico.

gasigasy dijo...
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